Un viaje sensorial a la costa catalana
¿Has notado cómo ciertos platos nos transportan instantáneamente a un lugar, a un recuerdo o incluso a un momento del día? El arroz a la llauna hace exactamente eso. Esta receta tradicional de Cataluña es una invitación directa al mar, con aromas intensos, ingredientes honestos y una técnica de cocción que logra ese punto perfecto entre lo jugoso y lo crujiente. Y lo mejor: no necesitas ser chef profesional para prepararla en casa.
Hoy quiero compartirte no solo una receta que he probado (y repetido), sino también una experiencia. Porque cocinar arroz a la llauna es mucho más que seguir pasos: es adoptar un pedacito de la cultura mediterránea en tu cocina. ¿Lista para sorprender a tus invitados y, por qué no, darte ese capricho que te recuerda que cuidarte también sabe salado y reconfortante?
¿Qué es exactamente el arroz a la llauna?
El arroz a la llauna es una especialidad típica de la gastronomía catalana, especialmente popular en las comarcas del litoral y algunas zonas del interior como el Maresme, el Baix Empordà o incluso el Bages. Su nombre proviene del recipiente en el que tradicionalmente se cocina: una « llauna », es decir, una bandeja metálica plana que permite que el arroz se hornee uniformemente y adquiera esa codiciada capa dorada en la parte superior.
La particularidad de este arroz está en su cocción mixta: primero se empieza al fuego, con un sofrito potente y los ingredientes del mar, y luego se termina en el horno para lograr esa textura única. El resultado es un arroz meloso con partes ligeramente tostadas que aportan textura y sabor intenso. Imagínate eso con el fondo del mar en cada bocado. Mmm… irresistible.
Ingredientes clave para un sabor auténtico
Antes de pasar a los pasos, vamos a ver qué necesitas tener a mano. Como toda receta tradicional, hay múltiples versiones, pero esta es mi versión favorita, adaptada después de varios intentos hasta dar con el equilibrio perfecto entre sabor, facilidad y éxito asegurado.
Para 4 personas:
- 400 g de arroz (tipo bomba o arroz redondo de buena calidad)
- 500 g de calamares limpios y troceados
- 400 g de mejillones frescos
- 300 g de gambas o langostinos
- 1 litro de fumet de pescado (mejor si es casero, pero uno de buena calidad también sirve)
- 1 cebolla grande
- 2 tomates maduros rallados
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- Hebras de azafrán o un sobrecito (opcional pero le da un toque increíble)
- Un chorrito de vino blanco seco
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- Una ramita de perejil fresco
Pasos para preparar el arroz a la llauna
No te dejes intimidar por la lista de ingredientes. Esta receta puede parecer larga, pero los pasos son bastante sencillos. Lo más importante es preparar todo de antemano, para que cuando empieces a cocinar, todo fluya sin estrés. Recuerda: ¡es un ritual, no una carrera!
1. Prepara el sofrito y sella el marisco
En una sartén grande, sofríe la cebolla finamente picada con aceite de oliva hasta que quede bien doradita (esto puede llevar entre 10 y 15 minutos, ¡paciencia, vale la pena!). Añade el ajo picado, remueve unos segundos y luego incorpora el tomate rallado. Cocina hasta que el agua del tomate se evapore y obtengas un sofrito oscuro y espeso.
Mientras, en otra sartén, saltea ligeramente las gambas y los calamares con un poco de aceite. Agrega una pizca de sal y pimienta, y reserva.
2. Despierta los aromas
Agrega el pimentón al sofrito, remueve rápidamente (¡ojo que no se queme!), y añade el vino blanco. Deja que evapore el alcohol y luego incorpora el arroz. Remueve bien, dejando que el arroz se impregne del sofrito unos minutos. Este paso da profundidad de sabor.
3. Todo a la llauna
Pasa la mezcla de arroz y sofrito a una bandeja de horno (la famosa llauna). Añade los calamares y las gambas. Cubre con el fumet caliente (la proporción ideal es aproximadamente 2,5 partes de caldo por cada parte de arroz si quieres que quede meloso). Añade las hebras de azafrán y ajusta de sal si es necesario.
4. Al horno
Precalienta el horno a 200°C. Pon la bandeja unos 20-25 minutos, vigilando que el arroz absorba el caldo pero no se seque del todo. Si te gusta un toque tostadito, los últimos cinco minutos puedes subir el horno a 220°C o incluso usar el grill.
Mientras el arroz está en el horno, puedes abrir los mejillones al vapor con un chorrito de vino blanco. Una vez abiertos, colócalos sobre el arroz ya cocido para decorar (y darle aún más sabor).
5. Un toque final
Antes de servir, decora con perejil picado, un hilo de aceite de oliva y, si te animas, unas gotas de alioli suave para darle ese toque “olé” que encanta en la costa catalana.
Tips que aprendí con la práctica
- Usa arroz de calidad media o alta, que aguante bien el doble proceso de fuego y horno.
- No escatimes en el fumet. Si puedes hacerlo casero, mejor. Basta con espinas de pescado blanco, una zanahoria, puerro, laurel, y agua… y tendrás un caldo lleno de sabor.
- Si no tienes una llauna, una bandeja de horno metálica plana servirá. Evita las de cristal (tipo Pyrex), ya que no dan la misma textura.
- Para un toque diferente, puedes añadir unas alcachofas cortadas en cuartos o tiras de pimiento rojo. No es tradicional pero funciona muy bien.
¿Y qué servir con esto?
Una ensalada verde sencilla con un toque de vinagreta cítrica y un vino blanco seco (como un Albariño o un Xarel·lo catalán) serán los acompañantes ideales. Y si te apetece ofrecer un postre después, ve a por fruta fresca o algo suave, ya que el arroz a la llauna es protagonista absoluto.
¿Merece la pena el esfuerzo?
Absolutamente. Este plato tiene ese « factor wow » que nos encanta lograr cuando cocinamos para otros… o para nosotras mismas. No hay nada como ver cómo la gente guarda silencio en el primer bocado para luego soltar un “¡madre mía!”. Además, es una receta muy agradecida que acepta variaciones según lo que tengas disponible en casa.
Desde que lo probé en una escapada por la Costa Brava y lo recreé por primera vez en casa, el arroz a la llauna se ha convertido en uno de esos “platos estrella” que sacan lo mejor de mi cocina, y siempre trae recuerdos de mar, sol y sobremesas felices.
¿Te animas a probarlo este fin de semana? Si lo haces, cuéntame tu experiencia. Nada me gusta más que saber que una receta ha encontrado un nuevo hogar 😉