El mejor tailandés de Madrid según los amantes de la cocina asiática
Si eres como yo —una amante de la comida que no sólo busca sabor, sino también experiencia, autenticidad y ese toque exótico que nos hace viajar con cada bocado—, entonces este artículo es para ti. Porque encontrar comida tailandesa auténtica en Madrid no es tarea fácil. Hay muchos restaurantes que prometen “pad thai original” o “el curry más picante de Asia”, pero ¿cuántos realmente lo cumplen?
Después de probar más de lo que me gustaría admitir (mis domingos de delivery han sido intensos), hoy te traigo el veredicto de muchos paladares exigentes —incluido el mío: El mejor tailandés de Madrid según los verdaderos amantes de la cocina asiática.
Un tesoro escondido en Chamberí: Pui Thai Tapas
No estamos hablando de un local de moda con neones y platos decorados para Instagram. Aquí se viene a comer. Pui Thai Tapas, ubicado discretamente en una calle tranquila de Chamberí, ha conquistado a quienes tienen ya mucha calle probando thai food como se debe. Este sitio es atendido por Pui, una mujer tailandesa que mezcla el arte de la cocina callejera de Bangkok con la elegancia sabiamente adaptada al gusto europeo.
¿Lo mejor? Cada plato tiene historia. Hablas con Pui y te cuenta de dónde viene la receta, cómo la hacía su abuela o qué ingredientes ha traído directamente desde Tailandia (sí, de verdad importa). Ese amor se nota, y se saborea.
¿Qué platos hay que pedir sí o sí?
Uno de los problemas de los restaurantes tailandeses en Europa es que todo el mundo se va por el pad thai, y aunque aquí está riquísimo —con fideos frescos, cacahuete molido y lima recién exprimida—, sería un pecado quedarse solo con eso. Te cuento mis favoritos:
- Kaeng Khiao Wan (curry verde con pollo): Cremoso, picante justo y lleno de aroma. Se sirve con arroz jazmín y es ideal para quienes buscan un plato reconfortante pero con punch.
- Som Tam (ensalada de papaya verde): Fresca, crujiente, ligeramente picante y con ese toque de lima que te despierta cada célula del cuerpo. Te transporta directamente a un mercado callejero en Chiang Mai.
- Satay de pollo con salsa de cacahuete: Suave, jugoso y acompañado de esa salsa cremosa que, sinceramente, me comería a cucharadas.
- Arroz frito con piña: Puede sonar turístico, pero aquí está hecho con tropezones generosos de anacardos y langostinos frescos. Un plato para compartir… o no.
¿Y el postre? Mango sticky rice. No hay discusión. Arroz glutinoso cocinado en leche de coco con rodajas de mango maduro. Dulce, fragante y todo lo que necesitas para terminar feliz.
Ambiente y decoración: sencillo pero acogedor
Algo que me encanta de Pui Thai Tapas es que no necesita artificios. La decoración es minimalista, con toques de madera y detalles que evocan a Tailandia sin caer en clichés. No hay sombrillas en el techo ni elefantes dorados por doquier. Aquí el protagonismo lo tiene el plato, como debe ser.
Eso sí: el local es pequeño. Apenas unas mesas, así que es recomendable reservar con antelación si quieres ir con amigos o en fin de semana. En pareja es ideal, porque permite una experiencia más íntima y tranquila.
¿Pide delivery? Sí, pero no es lo mismo
He probado el delivery, claro. La comida llega bien embalada, y el sabor se mantiene bastante fiel, pero —te lo digo con sinceridad— no se compara con estar ahí, oler el curry que sale directo de la cocina y ver a Pui moverse entre los fogones.
¿Mi consejo? Si puedes ir, ve. La experiencia completa merece la pena. ¿Que estás en casa en modo pijama y lluvia? Entonces sí, pide y acompáñalo con una película tailandesa para completar la fantasía.
Lo que opinan los auténticos foodies
He hablado con varias personas que han vivido en Bangkok o en otras partes de Asia, y todas coinciden: Pui Thai Tapas no sólo es fiel a la auténtica cocina tailandesa, sino que además ofrece una calidad constante y un cariño que se siente desde la primera cucharada.
Una amiga mía, Natalia —que vivió tres años en Tailandia— dijo al probar la sopa Tom Yum: “Es como volver a casa. Creo que hasta me voy a emocionar”. Verídico. Y es precisamente este tipo de pequeñas grandes reacciones lo que hace que este restaurante destaque.
Precio: asequible y justo
El ticket medio ronda los 20-25€ por persona, incluyendo entrada, principal y bebida. Un precio más que razonable para la calidad, sobre todo si pensamos en lo que muchas veces pagamos por platos que sólo “parecen” tailandeses pero saben a versión diluida.
Además, tienen menú mediodía de lunes a viernes que es una auténtica ganga. Ideal para una escapada culinaria durante una jornada de trabajo gris.
Ubicación y horarios
Dirección: Calle de Trafalgar, 22.
Metro: Iglesia o Quevedo.
Horarios: Martes a domingo, de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 23:30. Cierra los lunes.
Consejo de amiga: si vas por la noche, pasa antes por la Plaza de Olavide a tomar una copa o una caña. Es una zona con mucho encanto, ideal para empezar la velada.
¿Y si estoy empezando con la comida tailandesa?
No te preocupes. Uno de los puntos fuertes de este restaurante es el equilibrio: puedes pedir platos suaves y sabrosos si no te llevas aún del todo bien con el picante, y subir la intensidad poco a poco. El personal es súper amable y te explica cada ingrediente si preguntas. Aquí nadie te hace sentir ignorante por no saber qué es galanga o lemongrass.
Perfecto para una cena romántica o entre amigas
He ido en pareja, con amigas y también sola (porque sí, darse un gustazo en solitario también se disfruta muchísimo), y en todos los casos ha sido un planazo. Iluminación tenue, mesas pequeñas, conversación fácil… todo invita a desconectar y dejarse llevar por el placer del buen comer.
Pequeños detalles que enamoran
- La limonada casera con hierbabuena: refrescante y sin exceso de azúcar. Ideal si no te apetece beber alcohol.
- Las recomendaciones del día que cambian según lo que Pui ha conseguido en el mercado. Esto siempre es buena señal.
- Opciones veganas y sin gluten disponibles, y bien pensadas. Que no te den la típica ensalada de emergencia.
En una ciudad tan grande como Madrid, encontrar lugares con alma, donde la comida no sólo se cocina sino que se cuida, es cada vez más raro. Pero Pui Thai Tapas es uno de esos tesoros que siguen existiendo. Un rincón donde cada plato te cuenta una historia y cada visita te deja con ganas de volver.
Así que si amas la comida asiática de verdad —de la que arde un poco pero más reconforta—, guarda este nombre como un mantra. Y prepárate para enamorarte del curry, una vez más.